Cómo el interiorismo de mi negocio puede ayudarme a vender más y mejor

Quizá el título de este artículo puede resultar pretencioso pero, bajo nuestra experiencia, una de las claves en todo negocio que da servicio al público es el interiorismo.

Para comenzar a plantearnos este punto, primero tendremos que tener en cuenta el tipo de negocio del que hablamos, ya que algunos de ellos requerirán actualizar con mayor o menor frecuencia nuestro diseño de interiores. Si eres de los que necesita actualizar la imagen más a menudo, seguramente será porque el sector en el que trabajas va muy alineado o vive de tendencias (moda o discotecas), porque la competencia es alta (bares, restaurantes o pubs) o porque vendes imagen (peluquería o estética), por poner algunos ejemplos.

Para entender por qué el interiorismo de nuestro negocio puede ayudarnos a vender más, voy a enumerarte algunas de las razones objetivas que te harán dar el paso, aunque seguro que hay muchas más. Y para que veas que esto no es humo, voy a basarme en la experiencia adquirida con el que fue nuestro primer caso de éxito.

 

si en algún momento has pensado que debes de hacerlo, tienes que hacerlo

 

Pero antes de comenzar, voy a darte un consejo que también puede servirte para otros ámbitos de la vida: si en algún momento has pensado que debes de hacerlo, tienes que hacerlo.

Muchas veces necesitamos un empujón de alguien que nos diga «hazlo», así que si has asentido con la cabeza mientras lo leías… ya sabes lo que tienes que hacer.

 

 

ALINEA TU MARCA CON TU INTERIORISMO PARA CAPTAR Y RETENER CLIENTES

 

Oye, ¿de qué me estás hablando? ¿Qué es esto de la marca? ¿Quiere decir que tengo que poner mi logotipo por todas partes?
Haya calma, por favor. Cuando hablamos de marca hablamos de lo que la gente percibe de ti (o de tu negocio), de tu personalidad, de ese poso que dejas en tus clientes y hace que ellos vuelvan. O no.

 

Cuando hablamos de marca hablamos de lo que la gente percibe de ti (o de tu negocio), de tu personalidad, de ese poso que dejas en tus clientes y hace que ellos vuelvan.

Te imaginas que tienes una peluquería, que vive de tendencias, de limpieza, de orden y tu local está desfasado, con esquinas de muebles abiertas, una fachada o rótulo descolorido… Ahora te preguntas por qué no captas nuevos clientes pese a que tú tes estás actualizando con cursos de tendencias, haces unas fotos chulísimas en redes sociales y tratas a clientes como nunca. Quizá la respuesta sea que tus nuevos clientes, son clientes exigentes, que no tienes fidelizados y que tu peluquería no les atrae, no les causa confianza.

Yo como cliente, cuando entro a un bar, a una peluquería o a un restaurante que están descuidados me pregunto: si así tienen el local, ¿van a darme el servicio perfecto?

Alguna vez me he equivocado y me han puesto un manjar o me han atendido como nunca, pero la realidad es que la mayoría de la veces, la primera impresión que me he llevado del local ha sido la que luego se ha traducido en servicio. Que no quiero decir con esto que sea malo, sino que es suficiente, un aprobado justo en la mejor de las ocasiones.

 

Y de los negocios que me han dado un servicio o trato excelente también he logrado extraer conclusiones. Son negocios que se han estancad, dando servicios obsoletos y con una cartera de clientes fiel, pero envejecida y que, normalmente, están llevados por uno o dos empleados, que suele ser el dueño o dueña, algún familiar cercano o algún empleado o empleada que se ha acomodado en su puesto de trabajo.

 

Como clientes, nos hemos vuelto exigentes. Y cuando digo exigentes no hablo de sibaritas o amantes de los productos premium, hablo de esperar un servicio, trato, producto y ambientación por la que merezca la pena pagar. Ya no hay la alegría que había antes de la crisis de 2008 (y de esto han pasado 12 años) y la gente mira muy bien a quién darle su dinero.

Pregúntate: A mismo servicio, mismo producto y misma calidad, ¿dónde irías a un sitio mal cuidado o a uno que ha invertido en mejorarlo?

 

El INTERIORISMO COMO HERRAMIENTA DE MARKETING

 

¿Hace cuanto tiempo que no haces algo grande y noticiable en tu negocio? ¿Recuerdas cómo se volcó todo tu entorno más cercano cuándo inauguraste? ¿Y si re-inauguras?

No hace falta cambiar de nombre, ni de ubicación, ni de personal. Cuando haces una pequeña reforma o un cambio estético en el interiorismo de tu negocio tienes una excusa para montar un evento, invitar a amigos, familiares, clientes fieles, clientes que se han ido y no han vuelto, influencers, vecinos, personal de otros negocios cerca del tuyo… Si cortaras el pelo solo a la mitad de toda esa gente que estás pensando al hacer esta enumeración seguramente tendrías clientes para medio año. ¿No crees?

 

Cuando haces una pequeña reforma o un cambio estético en el interiorismo de tu negocio tienes una excusa para montar un evento,

 

Además, ¿cuál es el coste de esto? Poco, muy poco. Si a esta acción la acompañas con de ofertas o promociones, puntuales, continuas o un sistema de referidos donde puedes hacer que los demás trabajen para ti… ¿Crees que no habrás rentabilizado rápido tu inversión? Yo creo que sí.

 

TU NEGOCIO COMO ESPACIO DE BIENESTAR

 

Como ya te decía más arriba, ahora el cliente es un cliente exigente y cuando va a gastar su dinero, no va solo a gastarlo, va a disfrutar de una experiencia que está pagando.

Cuando hablamos de experiencias, no hablamos de crear un parque de atracciones en el negocio, hablamos de maximizar nuestra oferta a través de pequeñas acciones y detalles que hagan de la estancia de nuestro cliente en el local, un rato agradable y digno de repetir.

Imagínate que entras y te ofrecen un vaso de agua o un café al entrar o que, si tienes que esperar, tienes que hacerlo en una zona con plantas, muebles cómodos y colores que te transmitan tranquilidad.
Si estás en un bar o pub, imagina que el sonido no te acuchilla los oídos, que te reciben con una sonrisa al entrar, que la música es justo la que va en consonancia con el local, que tiene elementos decorativos que te hacen abrir la boca o mobiliario que te haga sentirte cómodo el rato que vas a pasar ahí.

Si quieres dar un paso más allá, desde hace poco más de 5 años existe un estándar en la industria del interiorismo y de la edificación, el estándar WELL, que se encarga de velar porque los espacios cerrados (en los que pasamos el 90% de nuestro tiempo) sean aptos y mejoren la salud y el bienestar de las personas que habitan, usan o trabajan en ellos. Para conseguir que los edificios y espacios en los que pasamos tanto tiempo, este estándar se basa en 8 conceptos: aire, agua, alimentación, luz, estado físico, confort térmico, confort acústico y mente.

el estándar WELL, que se encarga de velar porque los espacios cerrados (en los que pasamos el 90% de nuestro tiempo) sean aptos y mejoren la salud y el bienestar de las personas

Para cada uno de ellos hay ciertas medidas que podemos adoptar, aunque no vayamos a certifcarnos, ya que muchas de ellas no conllevan ningún coste o muy bajo, y van siempre en pro de la salud de las personas.

 

Este último punto, además de ayudarnos a fidelizar o captar clientes, también nos ayudará a captar talento, ya que dará más categoría a tu negocio y las personas que estén buscando un trabajo en tu sector, a mismas características y misma oferta, siempre elegirán el que más «caché» tenga y, por lo tanto, les de a ellos como profesionales.

 

 

NO HACE FALTA GASTAR MUCHO DINERO

 

Cuando pensamos en una reforma o un cambio estético, rápidamente pensamos en obra y por consiguiente: mucho dinero.

si te dejas asesorar por el interiorista o arquitecto perfecto puede costarte bien poco

Pues no es así, porque darle un lavado de imagen a tu negocio, si te dejas asesorar por el interiorista o arquitecto perfecto puede costarte bien poco. Un cambio de color, un bonito papel pintado, un cambio del metacrilato del rótulo, un pequeño mueble a medida y unos detalles de decoración pueden hacer que tu negocio parezca otro sin necesidad de obra.

 

Aquí os dejo un ejemplo de cómo en Mantis (Zaragoza) han sabido asesorarse por un buen profesional y con una inversión ajustada han sabido actualizar su concepto de local de día y de noche, obteniendo este mágico resultado.

 

Para mí, estos son algunos de los puntos que van a hacer que te decidas a darle una vuelta de tuerca a tu negocio, relanzarlo y empezar a vender más, con un mejor margen e incluso poder subir los precios sin ningún miedo. O acaso ¿tú pagarías lo mismo por una Coca Cola que por una cola de Hacendado si supiera igual?

 

Espero que os haya gustado y leer vuestros comentarios aquí abajo.

Si tenéis alguna duda o necesitáis asesoramiento, no dudéis en contactarnos.